La construcción de paz y el rol de los jóvenes

 

El 10 de Noviembre de 2016, durante la Geneva Peace Week se llevó a cabo el evento denominado Building Europe, Building Peace, un evento centrado en la realidad europea y sus principales retos a corto y mediano plazo para la construcción de paz: mitigación de los discursos de odio, inclusión efectiva de las personas refugiadas y reducción del impacto en el colectivo juvenil del extremismo violento.

 

El evento dio inicio con la intervención de la delegada de la AMI, la joven Renata Kowalczyk quien mencionó que: “El activismo juvenil tiene la enorme capacidad de transformar y renovar las tendencias sociales y culturales, mejorando la interacción en la comunidad en base a los principios e ideas que se difunden desde diferentes grupos, asumiendo así,  el papel conferido por ONU en la Resolución 2250”. Con estas palabras de introducción cedió la palabra a los diferentes panelistas participantes, todos ellos jóvenes comprometidos con la comunidad.

 

La primera en intervenir fue Paloma Cantero quien hizo especial referencia a los refugiados y los prejuicios que se han generado entorno a este colectivo, impidiendo la construcción de paz en el territorio europeo. Cantero expresaba  que  debemos procurar eliminar el concepto de víctima asociado a las personas refugiadas. Por el contrario, se han de reconocer el valor y tenacidad con las han decidido cambiar sus circunstancias. Tener metas y buscar cambiar nuestra realidad es fundamental para el progreso individual y colectivo. Este modelo de conducta debe de ser interiorizado por los jóvenes europeos de forma que no existan excusas para alcanzar nuestras metas. Sin metas, no tenemos dirección y sin dirección no hay cambios concluía Paloma.

 

Seguidamente tomó la palabra Viera Pejchal quien afirmaba  que es necesario que los jóvenes conozcan el límite del ejercicio de nuestra libertad, que no es otro la dignidad humana y que abusar de esta libertad puede generar discursos de odio que incitan a la violencia. Y no sólo esto, sino que además, se insta a los jóvenes a no callar cuando sean testigos de discursos de odio en su entorno y en las redes sociales.

 

Nicolas Peynseres, por su parte, expresaba que para evitar la captación de jóvenes por parte de células terroristas es necesario trabajar a nivel local,  promoviendo programas educativos que enseñen y fomenten la participación e inclusión efectiva en la comunidad. De esta forma se podrán crear grupos locales de interacción e incidencia social.

 

Durante el diálogo abierto, Renata resaltó el papel fundamental que juega los medios de comunicación en mitigar el discurso de odio y difundir la paz y la importancia de incluir a los jóvenes en el entorno político del país para que sean activos y desarrollen con mayor facilidad su identidad. De esta forma, se reducirá la vulnerabilidad ante la captación por parte de células terroristas y no se fomentará la tensión social desde el colectivo juvenil  sino que será proactivos y parte del cambio de su sociedad.

 

Seguidamente, una de las destacadas miembros del público, mencionó la importancia de la educación en el tema de derechos humanas para lograr que la sociedad entienda estos derechos y como no ‘exagerar’ o extralimitarse en el ejercicio de los mismos para poder mitigar el discurso del odio.

 

Catalina Bahamón, delegada del comité internacional de paz del Movimiento Político MIRA, hizo referencia al rol de los jóvenes en la construcción de paz a lo que Viera opinó que el discurso intergeneracional es fundamental para mitigar los discursos de odio. Los jóvenes están llamados a sensibilizar a sus padres y abuelos, dado que las generaciones más jóvenes tiene mayor interacción con personas de otras culturas en sus centros educativos o en su círculo cercano. La pluralidad y su riqueza debe sustituir las prácticas de proteccionismo y la cultura del miedo al otro que genera prejuicio y estereotipos transmitidos de generación en generación. Es en este proceso en el que los jóvenes, actualmente, tienen el papel de frenar esa difusión, rompiendo con las ideas que incitan a la segregación y la discriminación.

 

Mauricio Betancourt, miembro activo del FRICE destacó la importancia del papel de la religión en la construcción de paz, explicando que el diálogo inter-religioso puede lograr una coexistencia armónica. A lo que Nicolas añadió que para la adecuada preparación de los jóvenes, es necesario fomentar la formación del profesorado en materia de derechos humanos, de manera que puedan transmitir dichos conocimientos a los jóvenes alumnos.

 

Tras el evento, se concluye que es de vital importancia dar espacios de participación a los jóvenes, haciendo que formen parte de la solución, brindándoles las herramientas necesarias para que sean capaces de identificar y luchar en contra de la expansión de las ideologías extremistas, los discursos de odio y las actitudes discriminatorias. De esta manera, se les asigna el rol de ser constructores de un futuro impregnado de valores que sean el tapiz de una buena convivencia en esta nueva era de la globalización.